jueves, 20 de septiembre de 2012

Wyoming y wyoming


Wyoming en un bonito estado de esa gran nación que son los Estados Unidos de América. Paradójicamente, si buscas Wyoming en el buscador de “google” aparece antes – así me ocurrió a mí – “el gran Wyoming”.

Creí al principio que esa entrada se refería a algún paraje especial del estado de Wyoming. Pero no, “gran Wyoming” es el alias de un individuo que ejerce de presentador en un canal español de televisión que se llama “la Sexta”. Me llamó la atención y vi el programa. Cuento mi impresión.

Vi a un pobre viejo no resignado a envejecer, con el carácter amargado y acompañado de presentadoras jovencitas que le reían sus gracias con arrobo… en ocasiones con demasiado arrobo para la poca gracia que mostraba. Pensé que si sólo les exigía el arrobo, las jovencitas tendrían suerte. ¡Esto de la crisis da muchas facilidades a algunos empleadores!

Me chocó la crítica despiadada y sin fundamento que el “gran” hacía de religiosos, ¡incluso de unas monjitas que hacen un programa de cocina en otro canal no amigo de “la Sexta”! Era algo así como los amigotes que se cruzan con un indigente y encuentran divertido propinarle una paliza.

También vi que se mofaba del general Franco, muerto ya hace varios lustros, al amparo del que cursó sus estudios universitarios cuando la universidad en España era muy barata, de calidad y accesible a todas las clases sociales, no como la universidad que han creado los socialistas, accesible sólo a las élites económicas.

El tal “gran Wyoming” aparecía también con un monigote que representaba al referido general Franco, ninguneando al monigote y burlándose de él, lo que extrañó, pues fue coetáneo del general y no hay señas de que le hiciera entonces tal papelón en público.

Me chocó que habiendo crecido en la abundancia, en el seno de una familia muy favorecida por el franquismo (su padre era farmacéutico, una actividad rentable y administrada muy directamente por el régimen) fuera tan acérrimamente enemigo de la derecha. Pero luego, pensando, recordé a un anciano tío mío, que me prevenía de aquellas personas que, como las heces, siempre flotan.

También me chocó que, siendo sin duda millonario, se mofara de los millonarios, aunque lo hiciera sólo de los de derechas. El pobre “gran Wyoming” debería saber que la riqueza no tiene ideología y que un día, por ese camino, se puede encontrar con un chasco.

En fin, que ese “gran Wyoming” no lo es tanto y nada tiene que ver con el hermoso estado de Wyoming, de los Estados Unidos de América. Aquel es sólo un pobre viejo amargado, con gran capacidad de flotar, que desde su púlpito digital vomita bilis sobre todo aquel que piensa u opina de forma que pueda molestar a sus amos. A veces, incluso, creo que se excede en mostrarles sus gracias.

¿Pero que se puede esperar de alguien que necesita titularse “gran”? Como en el circo.

2 comentarios:

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  2. Agustín. Muchos pensarán que tienes razón en el fondo. Yo mismo te daría la razón, matizando. ¡Pero no son formas! ¿Puedes comentarlo con mejores modos? Gracias.

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